1.4.13

La única forma de viajar (IV)

(A la parte I, a la parte II, a la parte III.)

4) El "salto": La nave, de modo casi instantáneo, salta de un punto a otro del universo. Hay dos modos posibles de "justificar" cómo funciona realmente esta forma viajar; una explicación es geométrica: los dos puntos del espacio están conectados a través de una cuarta dimensión y es a través de ella que la nave puede llegar rápidamente de un punto a otro (en el fondo, no es muy diferente a lo dicho antes para los agujeros de gusano); la otra es "subatómica": la nave se transforma en un haz de taquiones (partículas hipotéticas que viajan a más rápido que la luz) y vuelve a su forma original al terminar el viaje.

La explicación geométrica aparece, por ejemplo, en Periplo Nocturno, de Bob Shaw y también en La Paja en el Ojo de Dios, de Larry Niven y Jerry Pournelle. La explicación "taquiónica" es que usa Asimov en aquellos de sus relatos donde aparecen viajes interestelares (que son muchos), sin embargo, en los relatos de Asimov esta explicación rara vez aparece en forma explícita (lo cual no está mal, a menos que la explicación sea necesaria para la trama del relato), sólo recuerdo haberla leído en alguno de sus libros de divulgación y en su cuento Tome una Cerilla, en la mayoría de los casos las naves de Asimov saltan sin más.

En Ender el Xenocida e Hijos de la Mente, de Orson Scott Card, parte de la saga de Ender, hay también saltos instantáneos con una cuidadosa explicación de su "mecanismo", que intentaré resumir: cada "ente" de nuestro universo (desde una partícula subatómica hasta un planeta, por ejemplo, incluyendo a todos los seres vivos) existe gracia a un aiúa, una partícula elementalísma que sostiene su existencia; los aiúas se conectan entre sí (y es gracias a eso, por ejemplo, que nos mantenemos de una sola pieza o que son sentimos "conectados" a otras personas). Estos aiúas existen fuera des espaciotiempo ávidos de dar existencia a algo. En el viaje instantáneo los aiúas de la nave y de todos los viajeros son llevados a ese no-lugar y devueltos de una pieza a cualquier otro punto del universo. (Aquí y aquí pueden verse referencias, en inglés, a los aiúas.)

En la novela Viaje Interminable de Marion Zimmer Bradley un individuo (ni siquiera hace falta que esté en una nave) puede saltar instantáneamente un planeta ubicado en cualquier punto de la galaxia a través de una red de estaciones teletransportadoras, pero siempre y cuando en el mundo de destino haya sido instalada previamente una cabina receptora. Pero ¿cómo se instala la primera estación receptora? Para ello, hay exploradores que viajan a velocidades cuasilumínicas por toda la galaxia buscando planetas para colonizar e instalando en ellos cabinas receptoras. Estos exploradores viven toda su vida en las naves (la novela está narrada desde su punto de vista, de ahí lo de viaje interminable) y el estar sometidos a la dilatación temporal los pone un poco aparte del resto de la humanidad (cuando llegan aun planeta nevo pueden viajar instantáneamente a aquél donde estuvieron antes, pero en ese planeta han pasado tal vez 30 o 40 años). Una red similar (aunque el tratamiento que hace el relato es completamente diferente) de teletransporte aparece en la novela Estación de Tránsito, de Clifford Simak.

En Los Humanoides, de Jack Wiliamson también se salta instantáneamente de planeta en planeta, pero gracias a poderes psíquicos.

Éste enlace conduce al artículo de la Wikipedia sobre el hiperespacio.

(Sigue en la parte V.)

No hay comentarios.: