1.5.09

El mejor

¿Cuál es el mejor autor de ciencia-ficción? ¿Cuál es la mejor novela? ¿Cuál es el mejor cuento? Son preguntas que de tanto en tanto aparecen por acá y por allá, pero que, me parece, no tienen una respuesta definida. Es cierto que hay algunos criterios objetivos que se pueden esgrimir a favor o en contra de uno u otro candidato a ser el "mejor", pero la verdad es que cada lector tiene su propia respuesta (e inclusive esa respuesta varía en cada uno a lo largo del tiempo y de las circunstancias de la vida).

Leí alguna vez que en una encuesta, hecha entre lectores de revistas de ciencia ficción de Estados Unidos (tal vez lectores de una revista específica, no lo recuerdo bien), se eligió a "Anochecer" de Isaac Asimov como el mejor cuento de CF de la historia. Un juicio, en mi opinión, bastante exagerado: aunque "Anochecer" no es un mal cuento (de lo mejorcito dentro de la producción de Asimov), creo que está muy lejos de ser el mejor de la historia.

Es probable que "Anochecer" ganara esta distinción, no tanto por su calidad como por la cantidad de seguidores de Isaac Asimov. Como Asimov es un escritor lineal, ingenioso y fácil de leer, sus lectores son legión y son muchos quienes lo tienen como su preferido (principalmente quienes no se han adentrado en las profundidades de autores más complejos y profundos). (Yo mismo, a los 15 o 16 años, tenía a Asimov como mi favorito y el "Asimovia" del nombre del blog es un homenaje a ese recuerdo.)

El propio Asimov no estaba muy de acuerdo con ese juicio y consideraba a su cuento "La última pregunta" como el mejor que había escrito (¿y el mejor de toda la historia?).

Tal vez debería terminar esta entrada diciendo cuál es para mí el mejor cuento de la historia. La verdad es que no podría hacerlo, son muchos los cuentos que me gustaron, en distintos momentos y por distintos motivos (entre ellos, por ejemplo, casi cualquiera de los de Cordwainer Smith o muchos de los de Philip K. Dick). Pero en beneficio de la brevedad, sólo haré referencia a uno: se trata de "El hombre que volvió" de James Tiptree Jr, publicado el número 4 (de la segunda época) de la revista "El Péndulo" (octubre de 1981).

No relataré el cuento, me limitaré a transcribir el final (y la calidad del cuento se revela en el hecho de que conocer el final no le quita ni un ápice al placer de su lectura):

Y su corazón gritaba, se desgañitaba casi sin pulmones, mientras sus piernas forcejeaban y resbalaban, mientras sus pies frenaban y patinaban y se hincaban y se soltaban, mientras él braceaba, tironeaba, empujaba, luchaba en el vendaval de la caída temporal a través del espacio, a través del tiempo, al final de la senda más larga que hubo jamás: la senda por la que John Delgano volvió.

(Y sin tanto forcejeo, sin tanta lucha, ni tanto vendaval del espacio-tiempo, es así como yo, humilde servidor, he vuelto al blog.)

(El cuento termina en realidad con las palabras "La senda por la volvió John Delgano", pero me gusta más el ritmo de la frase "La senda por la John Delgano volvió".)

2 comentarios:

daniel contarelli dijo...

El cuento que elegiste me parece de lo mejor, sin duda. Es un cuento que a mí también me gustó mucho cuando lo leí de adolescente y sigue gustándome, es uno de los motivos por los que siempre consideré la revista El Péndulo entre lo mejor de lo mejor.

Nautilus dijo...

No tengo mucho bagaje de cuentos de ciencia ficcion, pero si tengo que elegir a un autor por su calidad literaria en materia de ciencia y ficcion, es Stanislaw Lem. Se ha dicho que, cuando Isaac Asimov aprehendia un conocimiento, Lem ya lo metabolizaba. Creo que Lemn es mucho mas profundo que Asimov, porque este último está mas interesado en desarrollar formas literarias -casi un racionalismo fantástico, que nadie ha ejecutado tan bien desde él- novedosas, planteando problemas profundos, de hondo calado. Leer Solaris es leer una crítica al antropocentrismo: creer que toda vida exoterrestre debe ser análoga a la nuestra, y no digo mas, porque sino direcciono la lectura. Cualquier cuento de Ciberíada y Fábulos de Robots esta a más allá de cualquier cuento de mi querido Asimov. Creo que Asimov es popular entre los lectores más adolescentes de la materia, y yo, lo mismo que vos, lo recuerdo (y lo releo constantemente )por ser un clásico. Es como un nuevo Julio Verne. Pero si Asimov es Verne, Lem y Dick -otro grande, que duda cabe- son los Borges del género, y lo son por el tratamiendo maduro e intelectual que hacen de los temas cientificos y filosóficos. No quiero dejar de nombrar a Holloway Horn, un matemático que escribió "Los Ganadores del Mañana", un cuento pionero en el tratamiento de rupturas temporales y finales apoteósicos. Este que nomino, en particular, me obligó a exclamar a viva vos "¡Excelente!" cuando terminé de leerlo.

Un abrazo.